Un montón
de sentimientos que salen a flote nuevamente en mi. Mi Noah quería nacer de 31
semanas. Cuando llegué a emergencias con contracciones entre el miedo de dar a luz por primera vez y la emoción de al fin conocer a mi bebe, una partera joven que me controló bastante apresurada y de poco humor me respondió crudamente que mi bebe
"nacería muerto", si, así mismo lo dijo. Nunca antes había sentido tanto miedo e
impotencia, tantas ilusiones, tanto tiempo esperando y amando para que sucediera eso. No tenía consuelo, y solo nos abrazamos con mi pareja y comencé a llorar. Luego me crucé con muchas mas parteras, ginecólogas, doctores y enfermeras,
también porque no personal del servicio con quien también charlaba (estas
personas con los años se hacen muy sabios entre tantas experiencias del día a
día entre médicos y pacientes) que me demostraron amar su profesión y nos
trataron con aprecio y calidad, allí me di cuenta que no estaba todo perdido,
que no tenia que perder las esperanzas, que precisaba calmarme y así calmar al
bebe y trasmitirle que aún no era hora de salir, que debía quedarse tranquilo
un tiempo más en mi barriguita, donde tenía todas las comodidades. Y respecto a la partera, comprendí que no era una mala profesional, simplemente tenía un día muy agitado y aunque no era mi culpa, simplemente coincidimos.
Llegando al Clínicas junto a Gisella (Partera) y la enfermera que nos acompañó. |
Finalmente luego de 12 días conseguimos volver y seguir los controles en Paysandú.
Llegamos hasta las 36
semanas exactas. Mi bebe nació el 8 de Julio y tenía fecha para el 8 de Agosto.
Mágicamente una de las parteras que nos acompaño en su llegada fue el mismo
ángel que nos había acompañado a Montevideo semanas antes. En el hospital cuidaron y controlaron a Noah excelente,
nos permitieron un pre parto y parto tranquilo. Inmediatamente de nacer se
llevaron a Noah a NEO y allí cuidaron de él por 3 días, hasta que finalmente
volvimos a casa.
Junto al personal del Clínicas |
Por estos motivos, vivimos mucho tiempo dentro de hospitales (obviamente atención pública) y experimente gran parte del proceso más importante de mi vida allí, entre el personal y los pacientes, y aunque extrañe mi casa y mi familia, estas personas me apoyaron y alentaron mucho. Me trataron con respeto y mucho cuidado, y así llego el ser más especial, que nació ochomesino y hoy ya es un hermoso bebe de cuatro meses, super saludable. En este día quiero reconocer la labor de las personas que trabajan en los hospitales por REALMENTE CUIDAR DE NOSOTROS Y DE TANTAS FAMILIAS MÁS. Por velar por la salud de tantos bebes que por diferentes motivos naturales o provocados nacen prematuros y luchan por su vida minuto a minuto. Seres tan inocentes y puros que requieren muchos cuidados especiales. GRACIAS!