jueves, 17 de noviembre de 2016

17 de Noviembre, Día Mundial del niño prematuro.

Un montón de sentimientos que salen a flote nuevamente en mi. Mi Noah quería nacer de 31 semanas. Cuando llegué a emergencias con contracciones entre el miedo de dar a luz por primera vez y la emoción de al fin conocer a mi bebe, una partera joven que me controló bastante apresurada y de poco humor me respondió crudamente que mi bebe "nacería muerto", si, así mismo lo dijo. Nunca antes había sentido tanto miedo e impotencia, tantas ilusiones, tanto tiempo esperando y amando para que sucediera eso. No tenía consuelo, y solo nos abrazamos con mi pareja y comencé a llorar. Luego me crucé con muchas mas parteras, ginecólogas, doctores y enfermeras, también porque no personal del servicio con quien también charlaba (estas personas con los años se hacen muy sabios entre tantas experiencias del día a día entre médicos y pacientes) que me demostraron amar su profesión y nos trataron con aprecio y calidad, allí me di cuenta que no estaba todo perdido, que no tenia que perder las esperanzas, que precisaba calmarme y así calmar al bebe y trasmitirle que aún no era hora de salir, que debía quedarse tranquilo un tiempo más en mi barriguita, donde tenía todas las comodidades. Y respecto a la partera, comprendí que no era una mala profesional, simplemente tenía un día muy agitado y aunque no era mi culpa, simplemente coincidimos. 


Llegando al Clínicas junto a Gisella (Partera) y la enfermera
que nos acompañó.
 Siempre sufrí fobia a las agujas, pues en esos momentos me nacía una fuerza tan grande desde mi interior que no sentí temor alguno. Me dieron las 4 dosis de inyectables para madurar los pulmonsitos de Noah que aún no estaban desarrollados completamente, y entre los miles análisis de sangre que te realizan durante el embarazo partimos hacia Montevideo por falta de lugar en los CTI de la zona, partimos, con el riesgo de que naciera en el camino, lejos de cualquier sala de emergencia.  Pero estaba tranquila, en ese viaje conocí a un ángel, una PARTERA con todas las letras, super amorosa y atenta, también nos acompañó un doctor cirujano y una enfermera, recuerdo que para estar más tranquila me dormí, pero escuchaba que en el ambiente todo estaba perfecto, hacían chistes y conversaban de temas comunes, y de vez en cuando me preguntaban si me sentía bien. Y así llegamos a la capital sanos y salvos los dos. En Mdeo fueron 12 días internados en el Hospital de Clínicas, donde nos controlaban a diario. Allí conocimos muchos ginecólogos, enfermeras y practicantes que velaron por nuestra salud de la mejor forma posible.
Finalmente luego de 12 días conseguimos volver y seguir los controles en Paysandú.
Llegamos hasta las 36 semanas exactas. Mi bebe nació el 8 de Julio y tenía fecha para el 8 de Agosto. Mágicamente una de las parteras que nos acompaño en su llegada fue el mismo ángel que nos había acompañado a Montevideo semanas antes. En el hospital cuidaron y controlaron a Noah excelente, nos permitieron un pre parto y parto tranquilo. Inmediatamente de nacer se llevaron a Noah a NEO y allí cuidaron de él por 3 días, hasta que finalmente volvimos a casa. 

Junto al personal del Clínicas
Por estos motivos, vivimos mucho tiempo dentro de hospitales (obviamente atención pública) y experimente gran parte del proceso más importante de mi vida allí, entre el personal y los pacientes, y aunque extrañe mi casa y mi familia, estas personas me apoyaron y alentaron mucho. Me trataron con respeto y mucho cuidado, y así llego el ser más especial, que nació ochomesino y hoy ya es un hermoso bebe de cuatro meses, super saludable. En este día quiero reconocer la labor de las personas que trabajan en los hospitales por REALMENTE CUIDAR DE NOSOTROS Y DE TANTAS FAMILIAS MÁS. Por velar por la salud de tantos bebes que por diferentes motivos naturales o provocados nacen prematuros y luchan por su vida minuto a minuto. Seres tan inocentes y puros que requieren muchos cuidados especiales. GRACIAS!